Generalmente, salvo excepciones, dormimos poco y mal. Y no lo decimos nosotros, sino que lo afirman los diferentes estudios sobre el tema, que constatan que nuestra calidad del sueño es bastante mala. Parece ser que el insomnio crónico afecta en nuestro país al 14% de la población adulta. Y más a las mujeres que a los hombres.

Ante estas cifras, son muchos los que recurrimos a los fármacos para solucionar el problema, aunque no es buena solución, ya que se estima que no es eficaz para un 25% de las personas que los toman.

Por lo general, la dieta mediterránea favorece el descanso gracias a su alto contenido en proteínas, a los carbohidratos complejos y a las grasas saludables, pero vamos a ir un poco mas allá e intentar recomendarte algunos alimentos concretos que producen este efecto beneficioso:

Generalmente, los alimentos que favorecen el descanso son aquellos que incluyen triptófano, y este podemos encontrarlo en el pavo, el pollo, los huevos y el pescado, así como en la leche y el yogur. El magnesio también favorece conciliar el sueño y ayuda a calmar estados de ansiedad o depresión, y lo tienen en mayor cuantía las almendras, bananas y plátanos, semillas de chía o calabaza, espinacas o anacardos.

Por contra, hay otros alimentos que dificultan conciliar el sueño ¿Cuáles son? pues todas las bebidas con cafeína o teína, el alcohol, los alimentos con alto contenido en azúcar y carbohidratos simples. Por ello se desaconseja el consumo de quesos, chocolate y dulces.

Finalmente, el momento ideal para cenar es tres horas antes de acostarse, para permitir la digestión y el paso del contenido del estómago al intestino delgado, ayudando a evitar la acidez nocturna y el insomnio. Si este margen no es posible, lo mejor es una cena ligera, como una pieza de fruta, un yogur o unos cereales, siempre bajos en azúcar.